jueves, 4 de octubre de 2012

Matilda Blanco, una mujer de moda


Entre Algodones
Con más de 20 años en el mundo de la moda, su carrera está lejos de agotarse. Dio el salto a la pantalla televisiva y encara con visto bueno su proyecto propio, Magoya Ropa. Estudió teatro, ballet y dirección. en su currículum figuran: coreógrafa, bailarina, estilista, editora y la lista sigue. Una mujer que prueba el famoso dicho: “La experiencia hace al maestro”.  / TXT. Antonella Orlando / PH. Ana Grucki.



 Matilda está toma un mate cocido, mientras charla con las otras dos mujeres que forman parte de su equipo: Flor Cucchi y Yamila González. Lo interesante de esta unión es que las dos fueron sus alumnas. Pero la supuesta jerarquía que uno se imagina, no existe. Se reconoce como una persona exigente, pero remarca que ese aspecto para nada cancela el buen trato que se debe tener entre las personas.

Me cuenta que su abuelo era sastre y su mamá guardaba fotos de revistas antiguas con actrices de cine. Si tuviera que elegir una época de la moda, serían los años ´60 al estilo de la peli Blow-Up. Grata sorpresa. Matilda lejos de ser la mujer mala que creía ver en Súper M cuando era chica, sonríe todo el tiempo con la mirada.

Encaraste nuevos desafíos: entraste al mundo de la tele de la mano de Este es el Show…
Este año me están pasando cosas súper importantes. Haber entrado a Ideas del Sur me cambió la vida. Puedo sentir el cariño de las personas en la calle. Me dicen que aprenden y se divierten. Es genial que la moda esté al alcance de todos, hacerla más pop. Y eso no quiere decir que sea mala o baja. Es darle las herramientas a otra persona para que, sin importar el dinero, se sienta bien con ella misma. Todo el mundo tiene derecho a verse mejor. Como se hace desde siglos: cuando te ponés algo, te estás adornando para sentir poder, seducir al otro, decir algo. La moda no tiene que estar limitada a unos pocos.

Además, estás viendo crecer junto a tu socia Flor Cucchi, el proyecto de Magoya Ropa. ¿Qué se siente ponerse delante de una marca?
¡No podemos creer la repercusión! Comenzamos como una venta de garaje vintage y ahora tuvimos un showroom en el BAF, el calendario más importante de la moda. Tanto Flor como yo, empezamos a recolectar prendas en los viajes o roperos de conocidos e intervenirlas. Reacondicioné mi casa y empezaron a venir algunas amigas y vestuaristas. Y después, pasamos a un nuevo nivel: conseguir textiles vintages y crear moldería nueva y propia. Todo creció y ahora tenemos un showroom. La prueba de fuego fue que les gustara a las productoras de moda. Y funcionó. Llegaron excelentes comentarios de personas que admiramos.



Hoy, ¿cómo se relaciona la mujer argentina con la moda?
Le cuesta divertirse y tiene miedo a equivocarse. Entonces, se pone seria y escrupulosa. La brasilera es más libre, no le importa nada. Hay que verse en el espejo, reconocerse con una forma física y aceptarse para ver qué te queda mejor. Nadie tiene que decirte que tenés que ser delgada o alta. ¡Utilizá el ilusionismo! Elegir lo que te vas a poner, no tiene que ver con la cantidad de dinero en el bolsillo. Sin lugar a dudas, vas a poder comprarte cosas de mejor calidad. El problema que algo dure tanto, es que vos pagaste una fortuna por algo que al año siguiente no se usa. Ganó quien gastó menos en la misma prenda (risas). Ahora la tendencia es el Nuevo Lujo. En el exterior, te podés poner un jean de GAP, pero combinarlos con un accesorio de Swarovski. Ya no es el valor del conjunto en total, sino cómo lo elijas.

Antes las prendas estaban relacionadas con determinadas edades. Hoy eso sucede cada vez menos …
Está todo permitido. Antes la camisa era una prenda seria. Hoy, la usa cualquier mujer. La podés combinar con un chupín, con una falda tubo y un buen collar, con un blazer corto y un jean. La camisa te empareja. Una buena inversión para todas es un buen saco o una campera, que puedan acompañar un vestido de noche o un outfit para el trabajo. Y hoy, están permitidas las mezclas de texturas. Pero no es fácil aprenderlo. Hay muchas cosas que ves en desfiles y no pueden pasarse a la vida real, ni siquiera a la televisión. Las modelos son modelos, las actrices son personas. Las modelos también, pero de otra forma (risas).

¿Qué te pasa cuando escuchás los prejuicios que tiene la gente sobre la forma de vestir de las mujeres mayores?
Los argentinos son muy antiguos. Obvio que para determinada edad ya no podés usar el pelo hasta la cintura. Pero si te lo querés dejar, es tu vida. Se dicen frases espantosas como: “¿Ese no está un poco veterano para vestirse así?” ¿A partir de los 50 tiene que usar una camisa blanca o negra y de ahí a la tumba? ¡No! Hay que ampliar el horizonte. Para corregir hay que excederse. Siempre digo eso. Pero no voy por la vida mirando a la gente y juzgándola. Sé que el idioma de la estilista es duro, pero ¡este es solo mi trabajo! De lo contrario, si me creyera todo el tiempo lo que hago, no podría estar con alguien que me invita a salir, con mis amigas o mi familia. No todos se visten como me gusta.

¿No tenías miedo que algunos colegas tuyos te criticaran por estar en televisión?
Antes me decían: “Ideas del Sur no tiene nada que ver con la moda”. Pero para mí, al contrario. Me tiré de cabeza y la repercusión fue súper buena. Las personas que más admiro, me han mandado mails diciendo: “Me muero de la risa. Seguí adelante. ¡Hacelo por la moda!” (risas). Y mi diversión en cámara es producto de lo bien que me hacen sentir ahí. Es como cuando vas a la casa de alguien, entrás en confianza y le abrís la heladera.

Hoy, ¿los jóvenes están más interesados por la moda?
La conexión de los jóvenes con la moda es tremenda y de avanzada. Creo que la triada de cosas para tener futuro en esto es: estudiar, ver, viajar. Pero ver y conocer de todo. Porque la moda también existe en Cuzco, no hay que irse a París. Incluso, ya no tenemos que mirar a Europa. Podemos mirar a Brasil. O Colombia Moda, que es una industria increíble. Pero yo de Argentina no me voy ni loca. Mi corazón está acá y quiero hacer todo en mi país. Hay gente muy creativa, pero poco apoyada. No dejemos que esas personas se vayan porque no pueden sostenerse económicamente.

¿Prenda preferida, esa que jamás pensás abandonar?
Me encantan los jeans y tengo un fetiche con los zapatos. Me gustan las cosas que te resuelven fácilmente un look, como las camisas y una linda chaqueta. Las estilistas tenemos un estilo muy simple. Pero también amo los vestidos. ¡Las argentinas tienen que usar más vestidos! No puede ser que cuando te ponés uno, te digan “¿Vas a un bautismo?” (risas). Nos tenemos que animar más y el hombre debe dejar de ser el referente de gusto. A una amiga le dije que no la veía cómoda y ella me respondió que a la pareja le encantaba cómo estaba vestida. Pero estaba con unos tacos que no podía caminar, con un escote terrible y un pantalón todo ajustado que no se podía sentar. Si te gusta a vos, listo. Pero si no te sentís a gusto, ¿por qué usarlo? Hay que terminar con esa condena.

Tenés trabajos diversos, pero ¿se puede decir que tu corazón está en el estilismo?
Lo que estoy viviendo es increíble. Pero siempre voy a ser estilista, mi corazón está ahí. Grace Coddington tiene 71 años, pero sigue siendo la mano derecha de Anna Wintour y tiene el ojo puesto todo el tiempo en lo chic. Ser estilista es como ser piloto: para ser buena, hay que juntar horas de vuelo. Cuando era joven, me di el lujo de ponerme las zapatillas de ballet y bailar Giselle. Pero esta es mi vida y estoy feliz con lo que elegí.


AGRADECIMIENTO POR LA NOTA: REVISTA WATT