
El evento más glamouroso del mundo de la música tuvo lugar ayer en el Staples Center, con sabor a despedida, una rotunda ganadora y algún que otro look de alfombra roja merecedor de un capítulo aparte. La 54 edición de los premios Grammy claudicó ante Adele, rindió homenaje a la fallecida Whitney Houston – si bien la falta de tiempo no permitió más que la interpretación del I Will Always Love You en voz de Jennifer Hudson – y dejó una alfombra roja plagada de freak looks.
Las seis nominaciones a las que optaba se convirtieron en seis galardones para Adele: la flamante portada de la edición americana de VOGUE, artista revelación del último año, escenificó su retorno de una aciaga experiencia médica enfundada en un diseño de Armani Privé que potenciaba su toque retro y sofisticado. Como Rihanna, que también vistió de Armani Privé – con un diseño algo más escotado – y pidió "algo de ruido" para recordar a Whitney Houston, la artista en boca de todos. Alicia Keys – también vestida de Armani – o Steve Wonders también tuvieron palabras de adiós para Whitney.
Taylor Swift y Katy Perry eligieron vestidos en profusión de bordados, encolados y con empaque; de Zuhair Murad Couture y de Elie Saab respectivamente. La de ayer fue una noche para la alta costura, donde Fergie también lució uno de estos selectos y exclusivos modelos, en encaje naranja –y lencería negra– de Jean Paul Gaultier.
Tiempo para las apariciones que rizan el rizo: Nicki Minaj – de Atelier Versace – con un diseño que emulaba un hábito de monja, y por si alguien dudaba de la referencia se dejó acompañar por un Papa. Sasha Gradiva deliró en un look que pretendía aunar a Mae West con Terminator y Lady Gaga se enrolló toda ella – cabeza incluida – en una red y se dotó de cetro. En clave monárquica, también, apareció el venezolano Alejandro Zamora, que también llegó con cetro, y con capa, y con corona. En ocasiones – y esta sería buen botón de muestra – de tanto arriesgar, los estilismos rozan la locura.
Donde se impone tanto exceso, siempre es bienvenida la sencillez. Gwyneth Paltrow – que salió a presentar uno de los premios – brilló con un diseño de Stella McCartney; sencilla, elegante y marcando una fabulosa figura. Con un sabor a despedida –de Etta James, de Amy Winehouse y de Whitney Houston– de grandes, la gala de los Grammy confirmó a Adele como digna sucesora.















La cantante Katy Perry apostó por un vestido lady empolvado con cristales de Swarovski de Elie Saab alta costura.
